LOS ÚLTIMOS DÍAS
Al tercer año de recorrer los caminos realizando acciones que mostraban que el Reino de Dios había llegado y predicando esta buena noticia, Jesús decide pasar la fiesta de la Pascua con sus discípulos en Jerusalén, capital política, religiosa y económica de Palestina. Jesús sabe que se mete en la boca del lobo, que va a enfrentarse con los que tienen el poder en aquella sociedad que mantenía a tantos excluidos y sin esperanza. Sabe que su opción por los desfavorecidos ha originado enemistades entre los fariseos, las autoridades religiosas y los más ricos; y que el poder político romano no quiere cambios ni alborotos. Pese a todo, Jesús no se esconde y asume el conflicto que va a surgir.
Entrada en Jerusalén
Jesús llega a Jerusalén acompañado por muchas personas que lo admiran y siguen, que reconocen en él al mesías esperado y del que hablan las sagradas escrituras, y por eso lo reciben como a un rey, con cánticos y alabanzas.
La entrada en la ciudad expresa las esperanzas que se han depositado en él. Pero no será el tipo de rey que muchos esperan. Jesús muestra claramente al entrar sobre un pollino (como el Mesías anunciado por el profeta Zacarías) que su poder se basa en el amor y no en la fuerza.
*Pollino Zac 9, 9-10
Purificación del templo
Ir a rezar al templo era una práctica habitual entre los judíos. Jesús va allí y se indigna, vuelca los tenderetes de cambistas y mercaderes de animales, que hacían su negocio buscando su beneficio, con el beneplácito y trato de los sacerdotes, convirtiendo aquel lugar, que era casa de oración, en "una cueva de ladrones", como el propio Jesús proclama. Esta acción profética de Jesús, es casi una sentencia de muerte, pues pondrá definitivamente en su contra a las autoridades del templo.
Última cena
Los hebreos celebran la fiesta de la Pascua con una cena. Jesús celebra su última pascua con sus amigos en una sala prestada. Allí, antes de cenar, Jesús lava a sus discípulos los pies, asumiendo un papel reservado a las mujeres y a los esclavos, e indicando a sus discípulos que el que quiera ser el primero, a de ser el más humilde. Después se identifica con el pan y el vino compartido, instaurando así una nueva alianza centrada en el amor y en el sacrificio por los demás.
Arresto
Jesús percibe la amenaza y, tras la cena, ora al Padre en el huerto de los olivos para que le dé fuerza y se haga su voluntad. Allí llegarán los soldados del sumo sacerdote para detenerlo con la complicidad de Judas, que lo traiciona. Ante el intento de resistencia violenta de Pedro y algunos discípulos, Jesús se entrega de forma pacífica evitando el enfrentamiento.
Juicio de los sumos sacerdotes
Jesús es conducido ante el sanedrín (sumos sacerdotes, ancianos y maestros de la ley) y condenado por considerar blasfemia (injuria, ofensa o insulto contra Dios) el que Jesús afirme que es el Mesías, el Hijo de Dios. Deciden condenarlo a muerte, pero sólo Roma tiene ese poder, así que deciden llevarlo a Pilato.
Juicio ante Pilato
Según nos cuentan os evangelios, Pilato no ve en Jesús una amenaza. Se lo envía a Herodes, por ser el rey de Galilea, región de la que es Jesús, pero Herodes, ante la indiferencia de Jesús se lo devuelve a Pilato que, ante la presión de la muchedumbre, alentada por los sacerdotes, da la opción de liberar a Jesús o a Barrabás, un preso político. La masa, enardecida por los sacerdotes, pide la liberación de Barrabás y el castigo de Jesús, que ya había sido flagelado. Jesús es condenado a la cruz ante la actitud de Pilato, para evitar un posible rebelión, se lava las manos para indicar su disconformidad por esta condena, pero indica a los soldados que la ejecuten.
Muerte en el Cruz
Jesús es azotado y ridiculizado por los soldados romanos. Tras hacerle llevar la cruz hasta el exterior de la ciudad, es crucificado junto a dos malhechores en el Gólgota, tal como Roma hacía a los condenados para que sirviese como escarmiento.
Tras una dura agonía, Jesús muere en la cruz. José de Arimatea, discípulo de Jesús, solicita el cuerpo de Jesús. Pilato se lo concede y el cuerpo de Jesús es colocado en un sepulcro de aquel, excavado en la roca. Es enterrado con premura, pues era viernes y los judíos no pueden realizar este tipo de acciones durante el Sabbat.
*Sabbat